1.
INTRODUCCIÓN Jardinería, arte u oficio de crear espacios donde se cultivan plantas con fines ornamentales.
2. HISTORIA
Los orígenes de la jardinería se remontan a unos 7.000 años. Los restos más antiguos
se encuentran en Mesopotamia y parecen estar relacionados con la invención del riego artificial, que permitió la plantación
de bosques sagrados sobre montículos. A esta cultura pertenecían los jardines colgantes de Babilonia, construidos hacia el
año 600 a.C., que constaban de una serie de terrazas. Sobre los jardines egipcios, sin embargo, existen más datos. Los
primeros fueron construidos entre el año 1504 y 1483 a.C. Normalmente eran de forma rectangular y estaban atravesados
por un pequeño canal; a veces tenían un estanque. En ellos se cultivaban muchas plantas medicinales y ornamentales. Además
era muy común el cultivo en recipientes como grandes vasijas de arcilla.
Es posible que los primeros jardines chinos fueran aún más antiguos
que los mencionados más atrás. Las primeras noticias que se tienen de ellos son del año 200 a.C., pero ya entonces se
creía que era un arte muy antiguo. Eran jardines menos estructurados que los egipcios y trataban de imitar la naturaleza.
Los elementos más destacados eran el agua y las piedras; las plantas se elegían por su forma y por su aroma, no por su color.
Nunca sembraban césped, pero en todos los jardines había color verde. Esta costumbre desaparecería después en los jardines
japoneses, los cuales se consideraban como un lugar de meditación, lleno de simbologías religiosas taoístas y budistas.
En la antigua Grecia, la jardinería comenzó con la plantación
de árboles en las calles, sobre todo los que se conocían como árboles del pueblo, los del género Populus (véase
Álamo). Pero la jardinería como tal no apareció hasta que Alejandro Magno entró en contacto con Egipto. Entonces comenzaron
a construirse jardines en los que era frecuente la utilización de plantas procedentes de otros países. Los romanos, gracias
a su organización social, y partiendo como modelo de las villas rústicas, dedicadas al cultivo de hortalizas, crearon las
villas urbanas rodeadas de jardín. La casa se situaba en el lugar más alto y a sus pies se extendían las terrazas con sus
plantas y diferentes construcciones. El conjunto continuaba siendo muy geométrico.
Los árabes comenzaron construyendo jardines geométricos, con
mucha utilización del agua, siguiendo el estilo de los jardines egipcios y romanos. Con el tiempo fueron introduciendo nuevos
elementos. En general los jardines se rodeaban de altas tapias y estaban divididos por setos podados.
Durante la edad media los jardines más característicos fueron
los de los monasterios, que parecían estar inspirados en los jardines romanos y estaban dedicados al cultivo de hortalizas,
árboles frutales y plantas medicinales. Durante esta época aparecieron los laberintos, que consistían en un entramado de setos,
y los primeros libros de jardinería, que ayudaron a la planificación de los jardines.
Durante el renacimiento, con el auge de la botánica, surgieron
los jardines botánicos dedicados al estudio de las plantas. Tenían un trazado muy simétrico e incorporaban escaleras, estatuas
y surtidores de agua. Estaban completamente separados del paisaje que los rodeaba. Se utilizaban poco las flores.
Ya con el barroco, el jardín se integró más en el paisaje; siguió siendo muy geométrico, pero daba más prioridad
a la arquitectura. Se utilizaron mucho más las flores. En la época del romanticismo hubo una vuelta a la naturaleza, se apreciaba
la planta en su individualidad y se perdió la simetría. Esta corriente tuvo especial importancia en Inglaterra. Las plantas
no se podaban y los caminos se volvieron sinuosos.
En la época moderna y, debido al aumento de la clase media, a la existencia de grandes ciudades y a la necesidad
de espacios abiertos, surgieron los jardines públicos a cargo de las administraciones y se abrieron al público jardines privados.
En la actualidad, con el aumento del número de viviendas unifamiliares permanentes o de fin de semana se dispone de espacios
ajardinados. La jardinería también aparece unida a la arquitectura (véase Paisajismo) y está presente a la hora de
diseñar comunidades de vecinos, urbanizaciones y grandes centros comerciales. Este tipo de jardinería es difícil de encuadrar
dentro de algún estilo conocido.
3. EL JARDÍN
En jardinería se pueden distinguir diferentes aspectos: la construcción
de un jardín nuevo, su mantenimiento y su estructura.
3.1. Construcción
El jardín
de nueva construcción requiere una serie de trabajos que son diferentes a los de su mantenimiento posterior. Lo primero que
se lleva a cabo es un proyecto que tenga en cuenta el tipo de jardín que se va a construir, la disponibilidad de agua, el
clima de la zona, el tipo de suelo, la distribución de los espacios y los tipos de plantas que se van a utilizar. En la elección
de las plantas es fundamental tener en cuenta las plantas vivaces, porque son las que van a permanecer muchos años en el jardín,
especialmente los árboles y arbustos. Después se realizan las obras de infraestructura, que consisten en todas aquellas labores
de movimiento de tierras y ubicación de los elementos que van a formar parte de la construcción, como fuentes, jardineras
fijas, caminos de piedra o instalación de las bocas o sistema de riego. Además, hay que limpiar el terreno de escombros y
de plantas no deseadas. Finalmente, se procede a la plantación y siembra prevista. Las plantas y muchos de los materiales
que sirven para adornar el jardín se obtienen en los viveros, que son lugares en los que se reproducen las plantas para su
posterior venta al público.
3.2. Mantenimiento
El mantenimiento
de un jardín consiste en la realización de todas aquellas labores que tienen como finalidad cuidar, conservar y mejorar el
jardín. Las más importantes son la reposición de plantas anuales y bienales, el riego, la poda, el abonado, la eliminación
de malas hierbas, el tratamiento de las enfermedades y plagas, y la limpieza. Para ello se utilizan herramientas manuales,
como la manguera, tijeras de podar, la azada, la pala jardinera, el rastrillo y la carretilla. En superficies grandes o para
labores de cierta envergadura se emplean máquinas apropiadas, como motocultores, tractores, remolques y motosierras. Además,
es necesario tener herramientas y útiles específicos para determinadas partes del jardín, como son el césped, los setos, las
jardineras y las plantas trepadoras. Para ello se utilizan la segadora, el rastrillo de airear el césped, la tijera de dos
manos o la perfiladora mecánica, paletines, plantadores y escaleras. El tratamiento de plagas y enfermedades también requiere
herramientas apropiadas, como la mochila de fumigar (véase Control de plagas).
3.3. Estructura
En la configuración
de los jardines se pueden encontrar diferentes elementos. Los más comunes suelen ser los caminos o paseos que forman glorietas
en sus cruces y donde suelen estar situados los bancos. El término parterre se aplica para denominar a todo un jardín o a
una parte grande de él en la que suele haber césped, plantas con flores y paseos. Los arriates son franjas estrechas donde
se cultivan plantas. Los cuarteles son partes de un jardín bien definidas que tienen plantas con flores o césped y que en
muchas ocasiones están limitados por setos o flores. Los macizos son grupos homogéneos de plantas. El bosquete es una plantación
de árboles que aparece en ciertos jardines, y es una aportación típica española a la jardinería. Las jardineras son muebles
o instalaciones fijas donde se ubican plantas. Las rocallas están formadas por un conjunto de piedras y plantas.
La combinación de unos elementos u otros da lugar a los diferentes
tipos de jardines. Su elección depende de factores como la climatología, la capacidad de mantenimiento, los estilos y el uso
a que estén destinados.
4. LAS PLANTAS
EN JARDINERÍA
En jardinería las plantas se suelen clasificar
según la función que van a desempeñar o por el lugar que van a ocupar. Las plantas de parterre comprenden las que forman el
césped, los bordes y las que se cultivan por la flor. Las plantas para recubrir el suelo son rastreras, que van enraizando
según crecen, o ciertas leñosas, que tienen un crecimiento horizontal. Las trepadoras son aquellas que recubren vallas y paredes.
En el caso de la formación de setos se suelen emplear las leñosas, que soportan la poda y que tienen follaje abundante. Las
plantas solitarias son las que se cultivan aisladas, árboles o arbustos o incluso plantas anuales o bienales. Las utilizadas
para bordes son las que sirven para formar setos o bien anuales. Las plantas con flor suelen ser anuales y se utilizan para
formar macizos, para las jardineras y para adornar los cuarteles. Las acuáticas se cultivan en las fuentes y en los estanques
de los jardines. Las empleadas para rocalla son vivaces, muchas veces crasas; en general no suelen tener un tamaño grande.
Los céspedes suelen estar compuestos por gramíneas y leguminosas.
5. JARDINES DE
PATIOS, TERRAZAS Y AZOTEAS
Debido a la escasez de espacio y al
atractivo por las plantas, surgieron lo que se ha dado en llamar jardines de patios y terrazas, cuando el tipo de construcción
disponía de dichos elementos. En la actualidad se han generalizado también los jardines en las azoteas, especialmente en las
ciudades. Todos ellos tienen en común que utilizan recipientes para el cultivo. Cuando éstos son individuales o sólo para
algunas, como las macetas, se trata de jardines móviles, ya que pueden cambiar de sitio según las preferencias, o incluso
colgarlos de las paredes. Cuando se cultiva en espacios construidos para tal función se denominan jardineras y no son móviles.
En los patios, terrazas y azoteas se cultivan plantas no muy grandes, o arbustos o árboles que no alcanzan un gran tamaño
debido a que las macetas y jardineras no suelen superar la profundidad de 40 o 50 cm y las raíces no pueden desarrollarse.
Como la capa de sustrato es relativamente delgada, no es posible la acumulación de grandes cantidades de sustancias nutritivas
y de humedad, por lo que las exigencias fundamentales de este tipo de cultivos suelen ser el riego y el abonado apropiados.