virus:coronavirus
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Province and our towns and cities.
BACTERIAS
AGRONED Computer data base.
Bacteria
{f.} | bacterium
u (Del gr. bakthra 'bastón');
sust. f.
1. Microorganismo procariota unicelular sin núcleo que se reproduce por bipartición y puede producir enfermedades:
hay que desinfectar esa herida porque podría estar llena de bacterias.
Sinónimos
Microbio, bacilo, virus, miasma, microorganismo, estreptococo, estafilococo, neumococo, gonococo, diplococo, rizobio, saprofita.
& [Biología] Bacterias.
Seres procarióticos que constituyen el
grupo de organismos más pequeños, antiguos y abundantes del mundo, clasificados en el reino Moneras. Las dimensiones de las bacterias se miden en micrómetros (mm) variando entre 0,1-0,15 mm (Mycoplasma) y 16-28 mm (Spirillum
volutans). La mayor parte de las bacterias patógenas tienen dimensiones de 0,2-10 mm.
Las bacterias se presentan en todos los hábitats y, debido principalmente a su gran adaptabilidad metabólica, pueden sobrevivir
en muchos medios que no permitirían ningún otro tipo de vida. Algunas son anaerobios obligados, es decir, organismos que sólo pueden vivir en ausencia de aire, mientras que otros, anaerobios
facultativos, crecen más vigorosamente si disponen de oxígeno, pero pueden continuar viviendo en su ausencia.
Las bacterias son extraordinariamente importantes por el papel que desempeñan en los ecosistemas del mundo. Son descomponedoras
(al igual que los hongos) y, sin ellas, la
materia orgánica sintetizada por las plantas y los animales se iría acumulando y todos los organismos irían quedando enterrados
bajo los productos de su propio metabolismo.
Clasificación bacteriana según la forma
Según su aspecto exterior, las bacterias se dividen en cuatro formas: esféricas (cocos), bastonadas (bacterias, bacilos
y clostridios), encorvadas (vibriones, espirilos y espiroquetas) filiformes (clamidobacterias).
Los cocos pueden quedar agrupados después de su división en pares, (diplococos), tétradas (tetracocos), racimos
( estafilococos), cadenas (estreptococos), o pueden formar paquetes (sarcinas) compuestos por 8,
16 ó más células. También pueden estar sin agrupar (micrococos). Las sarcinas son formas cocáceas que se dividen en tres planos
perpendiculares entre sí, adquiriendo un aspecto de paquetes compuestos por 8, 16 ó más células.
Las bacterias bastonadas Incluyen bacilos y clostridios. Las bacterias pueden agruparse de dos en dos (diplobacterias),
o formar cadenas (estreptobacterias). Los bacilos pueden ser de diversas formas, con extremos redondeados, puntiagudos o engrosados.
Nomenclatura
De acuerdo con el sistema binomial de nomenclatura (ver Nomenclatura biológica en Taxonomía), cada especie lleva un nombre latinizado que consiste en dos palabras.
La primera letra del nombre genérico se escribe con mayúscula y la totalidad del nombre de la especie debe ir en letra bastardilla.
Así pues, Escherichia (nombre genérico) coli (nombre específico). En aquellas circunstancias en que no pueda
haber confusión, el nombre genérico se escribe abreviado: E. coli.
En microbiología se ha adoptado la clasificación internacional expuesta en el libro titulado Bergey's Manual of determinative
bacteriology. Según esta clasificación el taxón superior lo constituye el reino Procaryotae y contiene 4 divisiones.
División 1. Gracilicutes
Clase I. Scotobacterias (Bacterias Gram negativas)
Clase II. Anoxifotobacterias
Clase III. Oxifotobacterias
División 2. Firmicutes
Clase I. Firmibacterias (Gram positivas)
Clase II. Thallobacterias (Actinomicetos y grupos relacionados)
División 3. Tenericutes (Micoplasmas)
Clase Mollicutes
División 4.Mendosicutes (Arqueobacterias)
Clase Arqueobacterias
Estructura bacteriana
En las bacterias se pueden distinguir básicamente cuatro estructuras, el nucleoide, la pared celular, el citoplasma y los
flagelos.
Nucleoide
El nucleoide (nucleoplasma o carioplasma) consta de una doble hélice de ADN circular no asociado a histonas. No está separado del citoplasma por membrana alguna y no se une a la
proteína básica de la célula bacteriana.
A consecuencia de que el nucleoide bacteriano se diferencia por su estructura y la función de los núcleos de los hongos,
protozoos, células vegetales y animales, para
su denominación se ha propuesto el término de genóforo.
Las eubacterias contienen un genóforo único,
que es circular y está cerrado covalentemente, excepto durante la replicación. Está unido a la membrana celular durante la replicación y la separación. Además del genóforo, pueden
estar presentes plásmidos en número variable.
Como el genóforo, los plásmidos son moléculas de ADN cerradas covalentemente, pero no son necesarios para la vida de la célula
bajo todas las condiciones y son pequeños comparados con el cromosoma. Las eubacterias tienen un sólo tipo de proteína del tipo de las histonas, denominada HU en Escherichia
coli, que es la eubacteria mejor conocida.
Las arqueobacterias contienen una especie
de proteína pequeña y básica del tipo de las histonas, que en Thermoplasma se llama HTa, y a concentraciones iónicas
fisiológicas forma complejos similares a los nucleosomas.
Pared celular
La pared celular de las bacterias tiene un espesor de 10 a 35 nm y posee una estructura estratiforme. El material básico
que compone la pared celular de las bacterias lo constituye la capa glucopéptida (peptidoglicano, mureína y mucopéptido).
Esta capa es la que confiere rigidez a la pared celular. En muchas bacterias, la capa de los glucopéptidos constituye la estructura
básica de la pared celular. En otras bacterias, sobre la capa de los glucopéptidos ee depositan grandes moléculas de lipopolisacáridos.
El microbiólogo Hans Christian Gram descubrió
que las paredes celulares que carecen de capa de lipopolisacárido fijan un colorante supura (el violeta de genciana), cosa
que no ocurre en las que presentan tal capa. Esta técnica de tinción fue empleada inicialmente para detectar la presencia
de bacterias en los tejidos animales: las bacterias que fijan el colorante se llaman grampositivas, mientras que las demás
son gramnegativas. Por encima de la pared celular de las bacterias se encuentra con frecuencia una vaina gelatinosa, la cápsula,
que, al parecer, es segregada por el protoplasto bacteriano a través de la pared.
Citoplasma
El citoplasma bacteriano está circundado por una membrana unitaria. En el interior hay una mezcla dispersa de coloides
que contiene agua, proteínas, hidratos de carbono, lípidos, compuestos minerales. También hay cierto número de ribosomas y
de inclusiones granulares, así como uno o más cuerpos de cromatina.
Flagelos
Algunos tipos de bacterias poseen flagelos
con los cuales nadan, al parecer mediante una actividad ondulatoria longitudinal. Los flagelos representan unas estructuras
en forma de hilos finos con un espesor que varía entre 0,02 y 0,06 mm y una longitud entre 3 a 12 mm, alcanzando en algunos
espirilos hasta 80 y 90 mm. Los flagelos están constituidos por sustancias proteicas de tipo flagelina, que pertenece a la
clase de proteínas contráctiles (queratina,
miosina y fibrinógeno), diferenciándose considerablemente de las proteínas del propio organismo
bacteriano. En algunas bacterias están bien distribuidos por toda la superficie de la célula, y en otras, los flagelos se
encuentran relegados a uno o a ambos extremos.
Genética de las bacterias
La principal forma de reproducción de las bacterias es la reproducción asexual; las células van aumentando en longitud y, al final, se dividen en dos. Al iniciarse la escisión, la
membrana citoplasmática y la pared celular crecen hacia el interior y acaban dividiendo a la célula en dos. La nueva pared
es más gruesa que la de una célula normal y pronto se escinde, partiendo de la periferia, hacia el centro de la antigua célula,
permitiendo la separación de las dos células hijas. Cuando esta nueva pared celular no se divide, o cuando lo hace incompletamente,
se forman cadenas de bacterias.
En la división bacteriana las dos moléculas hijas de ADN están unidas a la membrana citoplasmática por distintos puntos.
La función de estas uniones es parecida a la de las fibras del huso acromático en la mitosis, puesto que sostienen las dos moléculas de ADN en las diferentes partes de
la célula inicial que se convertirán en las células hijas.
La velocidad de multiplicación de las bacterias dentro de una población es muy variable, en dependencia de la especie microbiana,
edad del cultivo, medio nutritivo, temperatura, concentración del ácido carbónico y muchos otros factores.
Esporulación
La formación de esporas es propiedad de
algunos microorganismos, preferentemente de los bastonados (bacilos y clostridios). A éstos pertenecen los agentes del carbunco, tétanos, botulismo, así como
las especies saprofíticas que habitan en el suelo, el agua y el organismo animal.
La espora en bacteriología es una forma de reposo, con función de resistencia (el significado de espora aquí es distinto
al de la espora de hongos y plantas superiores). La esporulación tiene lugar en el medio ambiente y transcurre en cuatro estadios
consecutivos: 1) preparatorio, 2) de preespora, 3) de formación de la envoltura, 4) de maduración. Al hallarse los bacilos
en un medio determinado, sobre todo de condiciones desfavorables, en éstos surgen ciertos cambios estructurales. El citoplasma
de uno de los sectores de la célula se endurece junto con una parte del nucleoide, formándose la membrana de preespora; luego
esta última se cubre con una envoltura sólida multiestratificada poco permeable. El resto de la célula deja de existir, mientras
que de la parte viva se forma la espora madura.
En condiciones óptimas, las esporas recuperan su forma vegetativa; sus dimensiones se incrementan, el contenido de agua
crece y se intensifican sus procesos metabólicos.
Recombinación genética
Entre las bacterias se ha observado que se produce recombinación genética. Ésta se realiza mediante transferencia de una
porción de una molécula de ADN desde una célula bacteriana a otra. Este fragmento puede actuar de acuerdo con la molécula
de ADN de la célula en la que penetra, produciendo ambos ARN mensajero, o puede quedar incorporado a la molécula principal
de ADN de la célula receptora, en cuyo caso es transferido a las células hijas junto con el resto del material hereditario.
La transferencia genética puede llevarse a cabo por los mecanismos de transducción y transformación. La transferencia transductiva
a una célula receptora es realizada por bacteriófagos que incorporan fragmentos del genoma de la célula donadora. La transferencia
por transformación se efectúa por fragmentos
libres de ADN procedentes de la célula donadora, que pasan a través del medio y son recogidos por la célula receptora. Por
transducción y transformación sólo se transfieren pequeños fragmentos del genoma donador.
Las células que se encuentran en un estado en el que pueden ser transformadas por el ADN que está en su ambiente, se dice
que son "competentes". En muchas bacterias, la entrada al estado competente viene codificada por genes del genóforo y está
marcada por ciertas condiciones ambientales. Se dice que tales bacterias son capaces de sufrir una transformación natural.
Otras bacterias no se hacen competentes bajo las condiciones ambientales ordinarias de cultivo, pero pueden hacerse competentes
mediante una serie de tratamientos (tales como la exposición de las células a elevadas concentraciones de cationes divalentes).
Tales sistemas de transformación se denominan transformación artificial.
En la transducción, el bacteriófago contiene
ADN del genoma bacteriano reemplazando una parte o todo el complemento normal de ADN del fago. El virión así formado se denomina
partícula transductora. La cápsida de proteína de estas partículas transductoras no difiere de la cápsida de un virión normal
del fago. Como es la cápsida la que determina la capacidad de un fago para adherirse a una célula bacteriana sensible e inyectar
su ADN en el interior de la célula, la partícula transductora puede introducir ADN bacteriano, procedente de la célula bacteriana
en la que se desarrolló, en otra célula sensible. El resultado es una transferencia de material genético entre estas dos células.
Recombinación por conjugación bacteriana
En el proceso de conjugación, el material
genético se transfiere desde la bacteria donadora hasta la bacteria receptora sin pasar por el medio de suspensión. Algunas
cepas de Escherichia coli, organismo en el que se demostró por primera vez la existencia de recombinación genética
en los procariotas, muestran un intercambio genético diferente de la transformación: el intercambio depende del contacto directo
entre dos células y está polarizado, es decir, ciertas cepas designadas F+ (fertilidad más) actúan siempre de donadoras y
otras, F- (fertilidad menos) actúan como receptoras.
Las cepas F+ contienen un plásmido, llamado plásmido F, que lleva todos los genes que codifican la transferencia genética
por conjugación. Si se añaden células F- a un cultivo F+, todas ellas se convierten en F+, es decir que la transferencia del
plásmido F ocurre con una elevada frecuencia. Los genes del genóforo también pueden ser transferidos a la célula F- junto
con el plásmido F, pero con menor frecuencia. Los individuos F+ en los que el plásmido F queda incorporado al cromosoma bacteriano
originan cepas bacterianas llamadas Hfr (high frequency recombination).
El plásmido F y otros, denominados colectivamente plásmidos conjugativos, codifican su autotransferencia, pero no todos
los plásmidos hacen esto. Las células F+ siempre tienen pelos (fimbrias) en su superficie externa. Una fimbria se une específicamente
a una proteína que hay en la membrana externa de la pared de las células F-, iniciándose así la replicación de transferencia
y el proceso de transferencia genética por conjugación.
Metabolismo bacteriano
Todos los organismos tienen la propiedad de realizar un cambio continuo ( metabolismo) de sustancias con el medio que les rodea. Para llevar a cabo los procesos de nutrición y de reproducción
se requiere la presencia de materiales nutritivos a partir de los cuales los microorganismos sintetizan los componentes de
su cuerpo y obtienen distintas sustancias. La luz y la materia orgánica sirven de fuente de energía a las bacterias.
De acuerdo con el carácter del aprovechamiento del hidrato de carbono y la fuente energética, las bacterias se dividen
en cuatro grupos: 1) bacterias fotosintetizadoras, es decir, microorganismos que utilizan la luz como fuente de energía;
2) bacterias quimiotróficas, que son aquéllas que emplean sustancias químicas en calidad de fuente energética; 3) bacterias
autotróficas, que son microorganismos que aprovechan el ácido carbónico (CO 2) como fuente de carbono. Algunas bacterias autotróficas tienen la propiedad de asimilar el polietileno,
ácido bórico, fenol y otras sustancias inorgánicas. 4) bacterias heterotróficas, que son bacterias que precisan el
carbono orgánico (hidratos de carbono y ácidos grasos) para su nutrición.
Bacterias fotosintetizadoras
Hay tres grupos de bacterias fotosintetizadoras: las bacterias verdes del azufre, las bacterias rojas del azufre y las
bacterias rojas no ligadas al azufre. Las cianobacterias llevan a cabo fotosíntesis oxigénica y poseen un sistema de pigmentos
similar en los aspectos básicos al de los eucariontes fotosintéticos. Las bacterias rojas y las bacterias verdes realizan
fotosíntesis anoxigénica y poseen sistemas de pigmentos exclusivos, que les confieren propiedades espectrales diferentes de
las de todos los demás fototrofos.
La clorofila que se encuentra en las bacterias
verdes es parecida químicamente a la clorofila a. La clorofila que se encuentra en los dos grupos de bacterias
rojas es la bacterioclorofila, que se diferencia químicamente en varios aspectos de la clorofila a y tiene un color
gris azulado pálido. Los colores de las bacterias rojas son debidos a la presencia de diversos carotenoides amarillos y rojos, que funcionan como pigmentos accesorios para la fotosíntesis.
En las bacterias del azufre fotosintetizadoras los compuestos de azufre desempeñan en la fotosíntesis el mismo papel que
el agua en las plantas verdes. Es decir,
CO 2 + 2 H2S--------------->> (CH2O) + H2O + 2S
En las bacterias fotosintetizadoras no relacionadas con el azufre, otros compuestos, entre los cuales se encuentran alcoholes,
ácidos grasos y cetoácidos, actúan como donadores de hidrógeno para la reacción fotosintética.
Las bacterias fotosintetizadoras ligadas al azufre, debido a su necesidad de ácido sulfhídrico, sólo son capaces de crecer
en lugares en donde existan grandes cantidades de materia orgánica en descomposición. En estas bacterias puede depositarse
azufre en forma elemental en el interior de la célula.
Bacterias quimiotótrofas
A diferencia de las bacterias fotosintetizadores, las bacterias quimiotróficas y autotróficas necesitan de la presencia
de oxígeno y no necesitan energía procedente de la luz solar. La energía empleada para hacer posible sus reacciones de síntesis
se obtiene mediante oxidación de moléculas inorgánicas tales como compuestos de hidrógeno, azufre y hierro, o a partir de
la oxidación de hidrógeno gaseoso.
Un quimioautótrofo es un organismo que puede crecer en un medio estrictamente mineral en la oscuridad, obteniendo carbono
a partir del CO 2, y su ATP (adenosín trifosfato) y poder reductor de la respiración de un sustrato inorgánico.
Existen otras dos características de los quimioautótrofos: elevada especificidad respecto a la fuente de energía inorgánica
y frecuente incapacidad para utilizar compuestos orgánicos como fuentes de carbono y energía; en ocasiones, la presencia de
compuestos orgánicos afecta negativamente a su crecimiento.
La especificidad del sustrato de los quimioautótrofos permite establecer cinco subgrupos principales. Las bacterias
nitrificantes utilizan compuestos reducidos de nitrógeno inorgánico como fuente de energía. Las bacterias oxidadoras
de azufre emplean H 2S, azufre elemental o sus óxidos
parcialmente reducidos como fuente de energía. Las bacterias del hierro oxidan hierro y manganeso reducidos, pero no
compuestos reducidos de azufre. Las bacterias del hidrógeno utilizan hidrógeno molecular como fuente de energía y las
carboxidobacterias utilizan monóxido de carbono (véase quimiosíntesis).
Bacterias heterótrofas
La mayoría de las bacterias son organismos heterótrofos, es decir, que no pueden sintetizar sustancias orgánicas a partir
de sustancias inorgánicas sencillas, sino que deben obtenerlas de otros organismos. Los microorganismos heterotróficos, como
objetos de gran importancia para la microbiología médica, se pueden diferenciar en 5 subgrupos según el modo de asimilar el
nitrógeno:
1. Bacterias heterotróficas que asimilan el nitrógeno del aire (bacterias fijadoras de nitrógeno).
2. Bacterias heterotróficas que extraen el nitrógeno a partir de sales amoniacales (nitratos y nitritos); la energía, mediante
la oxidación de hidratos de carbono y ácidos orgánicos (saprófitas, ciertas especies de enterobacterias, etc.).
3. Bacterias heterotróficas, que asimilan el nitrógeno a partir de las sales amoniacales de nitratos y nitritos en presencia
de aminoácidos y purinas (salmonellas, shigellas, vibriones, Proteus, etc.).
4. Bacterias heterotróficas que extraen el nitrógeno en presencia de los factores del crecimiento (corinebacterias, yersinias,
micobacterias, etc.).
5. Bacterias heterotróficas que precisan medios nutritivos complejos (listerias, bartonellas, bacterias tularémicas, hemofílicas,
etc.).
Los microorganismos heterotróficos se subdividen, a su vez, en saprobios y parásitos. Los saprobios son organismos
que obtienen su alimento a partir de materia orgánica muerta. Los parásitos son los que viven en la superficie o en el interior de otro organismo, hospedador, y se alimentan a expensas
de este último.
Algunas especies bacterianas patógenas para el ser humano pueden existir en el medio exterior como bacterias sapróbicas
y viceversa, ciertas sapróbicas, en condiciones desfavorables, suelen provocar diferentes enfermedades en el hombre o animales.
Cultivos bacterianos
En las condiciones de laboratorio las bacterias se cultivan en medios nutritivos. Las condiciones térmicas tienen gran
significado para el crecimiento y multiplicación de las bacterias. De acuerdo con el régimen térmico, todos los microorganismos
se dividen en tres grupos: psicrófilos (que prefieren el frío), mesófilos (intermedios), termófilos (que prefieren el calor).
Las bacterias pueden multiplicarse dentro de vastos límites de temperatura desde 0º C hasta +90 ºC.
Para la actividad vital de las bacterias tiene gran importancia el valor del pH del medio. Se supone que el pH influye
en la actividad de los fermentos. De acuerdo con el valor de pH, los ácidos débiles en el medio ácido se presentan como moléculas,
y en el alcalino, como iones.
Los medios de cultivo deben contener sustancias de fácil asimilación, con una determinada composición de compuestos nitrogenados,
hidratos de carbono, vitaminas y la concentración requerida de sales, ser soluciones isotónicas, estériles, tener propiedades
tampón, una viscosidad óptima y un potencial de oxidorreducción correspondiente.
La esencia de la microbiología la integran dos clases de operaciones: el aislamiento, que es la separación de un
organismo determinado de las poblaciones mixtas que existen en la naturaleza, y el cultivo, que es el crecimiento de
poblaciones microbianas en ambientes artificiales (medios de cultivo) bajo condiciones de laboratorio.
La manera más fácil de obtener cultivos puros de los microorganismos que forman colonias discretas sobre medios sólidos
(la mayoría de las bacterias) se lleva a cabo utilizando el método de siembra en placa. Este método implica la separación
e inmovilización de los organismos particulares sobre o dentro de un medio nutritivo solidificado por agar o algún otro agente
gelificante adecuado. Cada organismo viable da origen, al multiplicarse, a una colonia de la cual pueden hacerse transferencias
fácilmente.
Importancia de las bacterias en la sanidad
Muchas bacterias viven en equilibrio con el organismo. Algunas de ellas pueden causar enfermedades que se desarrollan secretamente,
muchas veces en el hospedador de las toxinas
que alteran el funcionamiento de las células (toxina colérica, por ejemplo) o que provocan su destrucción. Dentro de una misma
especie bacteriana, no todas las cepas tienen la misma virulencia o aptitud para agredir a la célula receptora, por lo que
dan origen a patologías más o menos graves. A nivel molecular, estas diferencias se deben a modificaciones cuantitativas y
cualitativas de proteínas producidas por la bacteria. Estas proteínas son de dos tipos: algunas de ellas permiten a las bacterias
adherirse a la superficie de las células del organismo hospedador para invadir los tejidos; otras son tóxicas y causan lesiones
tisulares. Todos estos factores están codificados por genes de virulencia.
Las toxinas bacterianas se dividen en dos grupos: exotoxinas, que son proteínas solubles que se encuentran en extractos celulares o en el medio de crecimiento, y
endotoxinas, que son los componentes lipopolisacáridos
de las membranas externas de las bacterias Gram-negativas. Las exotoxinas se han clasificado en tres tipos: enterotoxinas,
que estimulan a las células del tracto gastrointestinal de una manera anormal; citotoxinas, que matan a las células hospedadoras
por ataque enzimático; neurotoxinas, que afectan
a las células nerviosas. Las endotoxinas son termostables mientras que las exotoxinas son termolábiles. Son menos tóxicas
que las exotoxinas, la acción selectiva es débilmente expresada.
Varias enfermedades deben sus síntomas a la acción de toxinas bacterianas, como el botulismo y el tétanos, pero también
hay enfermedades infecciosas en las que las toxinas tienen menos intervención (véase enfermedades bacterianas).
Principales bacterias causantes de enfermedades en el hombre
El género Salmonella está compuesto por más de 400 serovares patógenos para el hombre, provocando salmonelosis gastroenteríticas agudas.
Bacillus cereus. Bacilo grampositivo que se encuentra sobre todo en los alimentos vegetales.
Campylobacter jejuni. Bacteria gramnegativa del tipo vibrión, presente en los alimentos de origen animal: carne cruda,
leche. Las toxinas que provocan la enteritis se producen en el intestino.
Clostridium perfrigens. Es un bacilo grueso, grampositivo, causante de las gastroenteritis.
Shigella. Es el agente etiológico de la disentería.
Escherichia coli. Puede provocar gastroenteritis o enterocolitis.
Listeria monocytogenes. Esta bacteria produce síntomas parecidos a los de la gripe y trastornos intestinales.
Staphylococcus aureus. Bacteria grampositiva que contamina frecuentemente los alimentos vegetales y animales. Causante
de casi todas las enfermedades estafilocócicas humanas.
Corynebacterium diphtheriae, agente causante de la difteria.
Clostridium tetani, el agente del tétanos.
Vibrio cholerae, el agente del cólera.
Mycobacterium tuberculosis, el agente de la tuberculosis.
Los antibióticos
Los antibióticos constituyen una variedad
de preparados quimioterapéuticos. Son tanto sustancias químicas de origen biológico, como derivados semisintéticos que inhiben
el crecimiento de los microorganismos y en algunos casos detienen el crecimiento neoplásico maligno. El primer antibiótico
quimioterapéuticamente efectivo fue descubierto en 1929 por Alexander Fleming, un bacteriólogo británico, que demostró que
un filtrado del cultivo en caldo del moho Penicillium notatum poseía propiedades antibacterianas.
Los antibioticos mas sonocidos son la penicilina, producida por los hongos Penicillium chrysogenum y otros, la estreptomicina, que se obtiene del Streptomyces griseus, y las tetraciclinas, que se emplean en el tratamiento de los
enfermos con cólera, neumonía, disentería,
tifus exantemático y otras ricketsiasis.
Una bacteria resistente puede crecer en presencia de un antibiótico que inhibe bacterias de la misma especie. La mayoría
de las veces estas resistencias se deben a pequeños fragmentos de ADN circulares (plásmidos) capaces tanto de transmitirse
de una bacteria a otra y crear epidemias de resistencia a un antibiótico, como de evolucionar e integrar nuevos genes de resistencia.
De ahí la aparición de resistencias nuevas y de resistencias múltiples.
Aprovechamiento de las bacterias
El desarrollo industrial condicionó un impetuoso crecimiento de las Ciencias Naturales y la Técnica, incluyendo entre las
primeras la Microbiología. En la segunda mitad
del siglo pasado aparecieron microscopios más perfectos y se mejoró la técnica microscópica. En el estudio de los microorganismos
comenzó a prestarse atención a los procesos bioquímicos: la propiedad de los microbios de fermentar sustancias orgánicas.
A Louis Pasteur (1822-1895) están asociados
importantísimos descubrimientos en el campo de la Microbiología. Pasteur demostró la naturaleza microbiana de la fermentación alcohólica, láctica y butírica, descubriendo
un nuevo tipo de respiración (anaerobia) en algunos microbios. Los resultados obtenidos por Pasteur asentaron las bases del
desarrollo de la Microbiología industrial.
En sus investigaciones Pasteur no esquivó la cuestión de la generación espontánea y elaboró una metodología de investigación
que impedía la penetración de microbios en los medios de cultivo, demostrando con ello que no tiene lugar la generación espontánea
de los seres vivos. Las obras de Pasteur sirvieron de fundamento para el desarrollo de la Microbiología médica.
Muchos procesos microbianos tradicionales se siguen utilizando en la actualidad para la producción de vinagre, queso, mantequilla y otros
productos.
Producción de vinagre. Cuando se expone al aire, el vino se vuelve agrio. El agriamiento está causado por la oxidación
del alcohol a ácido acético originada por las bacterias del ácido acético, que son aerobios estrictos. El agriamiento espontáneo
del vino es el método tradicional de fabricación de vinagre.
Producción de dextranos. El dextrano
es un polisacárido de residuos de glucosa que se produce por la acción de ciertas bacterias (Leuconostoc mesenteroides)
sobre la sacarosa. El dextrano se produce industrialmente y sus derivados se utilizan como filtros moleculares.
Producción de productos lácteos. Las bacterias del ácido láctico tienen particular importancia en la fabricación de
productos lácteos tales como la mantequilla y el queso. En la elaboración de los quesos, intervienen varias bacterias termófilas
del ácido láctico, principalmente lactobacilos.
Producción de sustancias químicas. Las bacterias del ácido butírico se han utilizado, durante muchos años, para la
producción de los disolventes industriales acetona y butanol. Aunque estos pueden prepararse
por síntesis química, la producción microbiana sigue siendo competitiva con los métodos químicos de síntesis.
Control de plagas
Ciertas especies de Bacillus son patógenas para las larvas de algunos insectos, pero no son en absoluto tóxicas
para otros animales y los vegetales. Proporcionan, por tanto, un agente para el control de plagas de insectos que dañan las
cosechas de plantas. Por otro lado, algunas bacterias del suelo tienen la capacidad de neutralizar algunos pesticidas, los
cuales se utilizan en la lucha contra los insectos nocivos para las plantas agrícolas.
Manipulación de genes
Mediante la utilización de las técnicas del ADN recombinante es posible "transformar" genéticamente bacterias tipo Escherichia
coli, es decir, cambiar la composición genética de estas bacterias de forma estable, añadiendo material genético foráneo
con la capacidad de autorreplicarse. De este modo se consigue que la bacteria produzca proteínas de utilidad inmediata, por
ejemplo, insulina humana producida por bacterias Escherichia coli, ya aprobada para uso clínico.
Existen muchos tipos de enzimas de restricción obtenidas de multitud de bacterias diferentes y, en muchos casos, comercialmente
asequibles. Enzimas como la Eco RI o la Hind II, derivan de Escherichia coli y de Hemophilus influenzae respectivamente.
Estas enzimas reconocen y cortan el ADN por secuencias específicas de nucleótidos. Esto es de gran ayuda en la producción
artificial de ADN recombinante. (Véase Obtención del ADN recombinante en Ingeniería
genética).
La utilización de las bacterias en la genética molecular tiene aplicaciones en el campo de la investigación, en la detección y tratamiento de enfermedades genéticas, en la
generación de proteínas recombinantes debido a la potencialidad de la tecnología del ADN recombinante.
ARCHIVOS DE MIcrobiología
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